Los gatos no se sienten atraídos por los alimentos dulces: genéticamente son incapaces de apreciar su sabor.

A diferencia de casi todos los demás mamíferos, los gatos son indiferentes a los dulces. De hecho, los felinos no incluyen en su dieta más que carnes y grasas, no mostrando especial atracción por los carbohidratos en general: son estrictamente carnívoros. Su sistema digestivo, en cualquier caso, es similar al de otros mamíferos, de manera que pueden procesar perfectamente estos alimentos para obtener energía. Aunque no lo hacen. Un estudio recientemente publicado se adentra en la bioquímica del sentido del gusto del gato doméstico (Felis silvestris catus), mostrando la razón. Según el trabajo de Xia Li y sus colaboradores del Centro Monell de Quimiosentidos, de Filadelfia, la causa está en los genes. (El artículo ha sido publicado en la revista PLoS Genetics, una nueva publicación del proyecto de acceso libre "Public Library of Science")
El sabor de las cosas se registra principalmente en la lengua de los mamíferos (aunque se conoce la importante interacción que para el sentido del gusto tiene otro sentido, el del olfato: cuando estamos constipados y nuestra nariz taponada, apenas apreciamos los sabores). Diversas moléculas, disueltas en la saliva, son capaces de excitar receptores específicos de unas terminaciones específicas que existen en la lengua, los bulbos o botones gustativos, que se encuentran en las papilas linguales, formando salientes en la lengua que le confieren esa textura rugosa, y que facilitan una mayor superficie de contacto con los alimentos que estamos ingiriendo.
En 2001, investigadores del Instituto Médico Howard Hughes, en Maryland (EEUU) publicaron en Nature Neuroscience la identificación del mecanismo genético de esa sensibilidad. Existen dos proteínas, denominadas T1R2 y T1R3, que son producidas como expresión de dos genes diferentes (llamados Tas1r2 y Tas1r3). Los equipos analizaron cómo se codificaban estas proteínas en los ratones, que son sensibles a los alimentos dulces también, encontrando dos genes específicos que los humanos compartimos con los ratones. Esos genes son los que permiten la creación de las proteínas que nos hacen sensibles al sabor dulce de las cosas.
El equipo de Filadelfia se ha planteado que si los felinos no muestran atracción por los dulces, puede que se deba a alguna alteración de ese sistema doble de receptores químicos. En primer lugar comprobaron que la conducta de los gatos respondía a una incapacidad de detectar los carbohidratos, algo común también a otras especies de esta familia de carnívoros estrictos, como los tigres o los cheetahs. Mediante análisis de las bibliotecas genómicas que existen para los gatos, comprobaron que existían en su ADN los dos genes correspondientes a la producción de las moléculas sensibles al azúcar. Sin embargo, esos dos genes no estaban activados: mejor dicho, uno de ellos, el Tas1r2, era un “pseudogen”, porque a diferencia del gen conocido en ratones y en humanos (y cuya existencia se había también comprobado en otros mamíferos de dieta omnívora), a la versión felina del gen le faltaba información. En concreto, se habían borrado 247 pares de bases del genoma. Cada gen se expresa como una cadena de pares de bases de aminoácidos específicos y para los gatos, esa pequeña alteración es suficiente como para que el código no funcione.
De manera que los gatos, sin un verdadero (y completo) gen Tas1r2, no pueden producir la proteína T1R2. Faltando ese componente, en sus papilas gustativas los alimentos dulces no tienen un sabor especial, no despiertan una sensación específica. El equipo comprobó que la situación era similar en otros felinos: esta familia de mamíferos lleva una dieta únicamente carnívora posiblemente porque lo dulce no les sabe a nada...
¿Puede una alteración genética tener un efecto tan relevante? Tengamos en cuenta que estamos hablando de una conducta (la forma de alimentación) que podría estar relacionada con una alteración de unas pocas bases de aminoácidos en un gen determinado. Para los autores, esta es la explicación más viable. La investigación genética ha mostrado que procesos similares, también con el sentido del gusto, modifican las conducta de ingesta de algunos animales. Por ejemplo, en estudios con moscas del vinagre, alteraciones de un sólo gen relacionado con la sensibilidad a una determinada molécula, permiten obtener mutantes genéticas que son insensibles a ese sabor, y su conducta de alimentación resulta diferente de sus compañeras no mutantes.

Tomado de http://javarm.blogalia.com/historias/32601

Interesante

Simplemente, debo agregar, que no siempre ocurre asi. Napoleoon adora las cosas dulces. cuando comemos facturas hay que esconderlas de el, por que se las roba (ya he puesto fotos que lo prueban), tambien adora el helado, el dulce de leche y los postres!

si que habia leido yo algo de que ellos no distinguen el sabor dulce, pues mira tiene base cientifica y todo!!! interesante si señor.
Es que este napo nos ha salido de un dulce!!!!

Si que es un dulce total!!

lucy se pirra por el helado, y siempre que hago bizcocho viene a mangarme un poco. cheto una vez me robo madalenas, y eso que estaban en un plastico dentro de una bolsa....
pijos son oigaa!

Yo tambien lo habia oido que no suelen llamarles la atención las cosas dulces,pero claro esta que algunos les gusta.
Aunque a Napoleon y Lucy,parece que les gusta.

conocéis las galletas "chiquilín ositos"? son unas galletas pequeñas con forma de osito, las hay de chocolate...bueno, pues Toffee piensa que "que rico este pienso" cada vez que las saco, hala, la cabeza dentro de la caja y los carrillos llenos...menos mal que ya me lo sé...y ya ni las huele...
También me robó ayer un trozo de tarta de queso, y si se me cae un poco de azucar al servirla al café, también la lame...
Pero como sabemos, Toffee es un caso raro, jajajajajajajajaaja

ay este toffe, que me lo como.... con esa carita y las cosas que cuentas.... aissshhh!!!!

jajajajaj Toffee es de nuestro clan de glotones, junto a Napo y Lucy!! jajajj

acabo de leer en el otro foro la historia de Tintín y cómo se comió los langostinos que estaban esperando a ser cocinados...vaya risa me ha entrado

a mi un dia entre pixel y cheto me dejaron son comida, cuando llegue a casa, estaba el resto de un filete tirado por el pasillo.... xD

jajajajaja, es que me parto
Yo un día estaba comiendo un muslito de pollo toda feliz cuando un gatuno se acercó a mi plato sigilosamente, y cuando me di cuenta, mi muslito de pollo y el gatuno estaban corriendo por el pasillo...(el muslito de pollo bien enganchado en los dientes del gatuno)
fue un robo de un ladrón de guante blanco en toda regla...

jajajajajajajajajajajaj muy gracioso!!!! son terribles!!! ajajajajajaj

yo es que además no puedo castigarlos de la risa que me entra!

a mi me pasa igual... que case de castigo puedo imponer, cuando me causa tanta gracia que termino sacandole fotos??? ajajajajajaja el tipo debe pensar que es una estrella de cine!!

jajaja, es que Napo es tu estrella de cine, ni más ni menos...

no se si sera tan asi como dice arriba... porque anda el Gatuno me ataca cada vez que saco unas galletitas

Pues creo que Cobi se perdió está lección

jajajajaja

jajaja muy graciosas las anecotas, pero a mis gatines les encantan las cosas dulces tambien mas q cualquier cosa asi q no entiendo bien, seran otra especie de gato? jajaja

Misi también siente predilección por los dulces, aunque ahora pienso que puede ser por los hidratos: come madalenas, galletas, tostadas, y hasta esa especie de gusanitos con un polvillo rojo que los hace picantes... vamos, que tengo que huir de la mesa porque se echa lanzada la tía a por algo que le huela rico. Pocas veces lo huele y lo deja, pero alguna vez también me lo ha hecho, después de oler el alimento y chuparlo, decide no comérselo aunque peor es pakito, que se dedica a cazar moscas y cuando se aburre de perseguirlas se las mete en la boca, las masca y luego las escupe.... deben estar malísimas... pero qué guarro que es, deja un chicle asquerosamente negro....

pero no gasto insecticida....